Comentario
Algunos economistas piensan que el subdesarrollo no es más que una fase anterior o una etapa previa al desarrollo, de manera que todos los países han sido subdesarrollados en algún momento de su historia. Esa es la tesis defendida por ejemplo por W. W. Rostow, quien en 1960 publicó Las etapas del crecimiento económico. Para ese autor, todas las situaciones pueden analizarse con unos pocos instrumentos de análisis (estructura y crecimiento de la producción, tasa de inversión, etcétera). Además, y sobre todo, la teoría de las etapas de Rostow considera que existe una senda universal de desarrollo por la que transitan todos los países, independientemente de su situación geográfica. Para ese enfoque carece además de importancia que unos países empiecen a seguir esa senda antes o después.Rostow distinguió cinco etapas principales del desarrollo, por las que habrían pasado países tan distintos como Gran Bretaña o la India: a) la "sociedad tradicional", en la que predomina la agricultura; hay una baja productividad y se registra una débil movilidad social; b) las "condiciones previas al despegue", que conllevan el desarrollo de las infraestructuras de transporte, el aumento de productividad (por las mejoras en la educación, la tecnología y los valores sociales) y la constitución de una clase de empresarios innovadores; c) el "despegue" ("take off"); un punto de inflexión durante el cual se diversifica la actividad productiva con la aparición de industrias motrices, aumenta la tasa de inversión (inversión/PNB) del 5 al 10 por 100 y se desarrolla la clase capitalista, lo que desemboca en un crecimiento sostenido o autoentretenido; d) el "camino hacia la madurez", en el que aparecen nuevos polos de crecimiento (siderurgia, química, electricidad), vuelve a incrementarse la tasa de inversión hasta alcanzar el 20 por 100 del PNB y se consolida la burguesía, y e) la "era del consumo de masas", período culminante en el que la actividad productiva se reorienta hacia los bienes duraderos de consumo (automóviles, electrodomésticos...), se mantiene el nivel de la tasa de inversión y se consolida una amplia clase media con un alto nivel de vida. Rostow llegó incluso a asignar fechas a las tres últimas fases para varios países del mundo. Por ejemplo, el "despegue" se habría producido en 1780-1830 en Inglaterra y en 1952-63 en la India.La teoría "etapista"de Rostow ha recibido numerosas críticas. En primer lugar, algunos historiadores de la economía critican la asignación de fechas a las distintas fases en los diferentes países. Por ejemplo, la historiografía revisionista de la Revolución Industrial inglesa -la llamada escuela de la "protoindustrialización"- cada vez hace más hincapié en las hondas raíces temporales de ese proceso, que se remonta a algunos siglos antes de finales del XVIII. En segundo término, muchos economistas se oponen a la pretensión de universalidad del esquema rostowiano. La preexistencia de países desarrollados cuando los subdesarrollados se embarcan o pretenden embarcarse en el desarrollo, es decir, la coexistencia de países ricos y pobres, limita la generalización inmediata y automática al conjunto del mundo de lo que no es más que una evolución histórica específica, la de Europa occidental.Dicho de otra manera, no es lo mismo industrializarse siendo la nación más avanzada del planeta y una potencia colonial, como era la Inglaterra de la Revolución Industrial, que hacerlo figurando entre los países más pobres del mundo y siendo una colonia explotada por su metrópoli, como, por ejemplo, la India de la primera mitad del siglo XX. En tercer lugar, se ha acusado al análisis de Rostow de superficialidad explicativa, por su simplismo (límites borrosos entre las fases con características comunes), por ser una mera descripción de las condiciones del desarrollo y no un análisis de sus mecanismos desencadenantes e impulsores y, en definitiva, por constituir poco menos que una perogrullada: el despegue se produce cuando aumenta la inversión, pero ¿por qué aumenta la formación de capital? Por último, una cuarta crítica es la dirigida a su exagerado determinismo histórico, ya que todas las etapas son puntos de paso obligatorios y no hay posibilidad de acortar, saltándose alguna de las fases.En suma, Rostow y la teoría convencional conciben el subdesarrollo como una situación de retraso respecto del desarrollo o como una etapa previa al mismo. Otros economistas, como Paul A. Baran o André G. Frank, piensan que el subdesarrollo es un producto histórico, causado por el colonialismo y el imperialismo y que lo que distingue a los países desarrollados de los subdesarrollados es una diferencia no tanto de nivel o de grado como de estructura y de naturaleza. En otros términos, frente a quienes consideran que hay una senda única y universal de desarrollo se alza la voz de quienes dicen que desarrollo y subdesarrollo son dos caras de una misma moneda (A. G. Frank), dos manifestaciones de un único proceso (P. Baran): el de acumulación de capital a escala mundial.Todo hace pensar que estos últimos autores tienen buena parte de razón. El saqueo colonial y la dominación económica contribuyeron en buena medida a lo que Marx llamó la acumulación originaria de capital, esto es, la disponibilidad de un excedente de origen externo. Con todo, es ciertamente exagerado y simplista considerar a la explotación de las colonias como principal elemento generador de la Revolución Industrial en Europa, que se debió a factores fundamentalmente internos (los cambios en la agricultura, los transportes, etcétera). En cambio, para los países subdesarrollados, el impacto de la colonización y la subordinación que ésta generó son sin duda alguna factores más importantes de su situación de subdesarrollo, como ha descrito magistralmente el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su obra Las venas abiertas de América Latina.Cabe también señalar que la falta de acuerdo entre economistas se registra también en la consideración que merece el propio estudio del subdesarrollo. Para algunos, sería una mera aplicación del análisis general de raíz neoclásica o liberal. Para otros, por el contrario, sería un análisis económico específico, con sus propios instrumentos analíticos y objetos de estudio. Un brillante economista del desarrollo británico, Dudley Seers, escribió a principios de los años sesenta un artículo titulado Los límites del caso especial, en el que afirmaba -parafraseando a Keynes- que la situación de los países desarrollados no era sino un "caso especial", que debía estudiarse con instrumentos específicos y muy distintos de los necesarios para analizar el caso más general de los países subdesarrollados.